Del teatro
El principio básico del teatro negro es una ilusión óptica. Un truco de gabinete negro. Aprovecha la imperfección de la vista humana. Negro sobre negro no se puede distinguir con el ojo. Para el público, los actores vestidos de negro son invisibles en el fondo negro. Los objetos y accesorios manejados por esos actores pueden así, gracias a su animación, tomar vida en la proximidad de los espectadores y adquirir capacidades sobrenaturales.
El principio de este truco es muy antiguo. Se originó en China donde ya los emperadores antiguos se dejaban divertir de esta manera por sus juglares. Durante el siglo 18., el truco pasó de allí a Japón, donde era utilizado ante todo en el teatro de marionetas, bunraku. A finales del siglo 19, George Meliés rodó sus primeras tomas de película con ayuda del truco negro. En los años 50 del siglo pasado, titereros de vanguardia franceses realizaron una actuación con un accesorio y actores vestidos en negro. De ellos, sobre todo a George Lafaye se le considera ser el padre del moderno estilo escénico - teatro negro.
El fundador de National Black Light Theatre Prague y su personaje artístico principal es el guionista y director Pavel Marek. Se especializa en projectos escénicos multivisuales y de teatro negro desde hace ya más de treinta años. Ha creado más de veinte espectáculos visuales de larga duración y cuatro musicales en cooperación con una serie de otros personajes artísticos. Cooperó en muchos proyectos de coproducción y preparó muchos talleres.
National Black Light Theatre Prague está casi siempre de gira. La atracción espectacular de sus proyectos, combinada con la capacidad de ajustar las escenografías a diferentes espacios o anfiteatros, multiplica el interés de productores artísticos de todo el mundo.
Las funciones del repertorio de National Black Light Theatre Prague las han podido ver ya decenas de miles de espectadores en muchos países del mundo - en EE.UU., Japón, China, España, Alemania, Holanda, Grecia, Italia, Francia, Portugal, Noruega, Rusia, Escocia, Luxemburgo, Suiza, República Eslovaca, pero también en Taiwán o Islas Azores. Les aplaudían salas vendidas en Nueva York, San Francisco, Los Ángeles, Tokio, Ósaka, Pekín, Shanghái, Hong-Kong y también en Madrid, Barcelona, Valencia, París, Lisboa, Edinburgo, Atenas, Roma, Nápoles, Turín, Milán, Verona, Zúrich y muchas más ciudades grandes del mundo. Pero su hogar está en el corazón de Europa - la antigua Praga.